La actual coyuntura económica y el alto precio que mantiene el carburante (en este caso) de forma constante, han constituido el caldo de cultivo ideal en el que han ido emergiendo iniciativas empresariales encaminadas a amortiguar, en la medida de lo posible, esta situación.
El término «low cost» está últimamente muy de moda en el sector de la distribución de carburantes, para definir aquellas Estaciones de Servicio o Gasolineras con un precio significativamente menor que las Estaciones de Servicio que podríamos llamar «tradicionales». El objetivo de estos empresarios es claro: abaratar costes para reducir el precio del producto final.
¿POR QUÉ SON MÁS BARATAS?
1. Por haber recortado gastos en personal, siendo estaciones de autoservicio; el usuario, a través de un terminal de pago, selecciona el producto y cantidad que quiere repostar y tras el proceso de verificación correspondiente, se autoriza el suministro y es el propio usuario que se surte.
2. Porque aplican el ahorro económico a cheques descuento que obligan a emplear en unos establecimientos determinados y en unas fechas concretas. Este es el caso de las gasolineras instaladas en las grandes superficies donde te regalan cheques descuento a la hora de llenar el depósito, para posteriormente gastar en sus supermercados. Así logran fidelizar al cliente que termina comprando en el supermercado donde aplican los descuentos.
3. Porque deciden recortar su margen de beneficio para atraer clientes debido a la elevada competencia o porque se encuentran cerca de gasolineras de grandes superficies.
¿ES MENOR LA CALIDAD DEL CARBURANTE?
Cualquier empresa que se dedique al suministro de gasolina en España, tiene que cumplir la norma EN 22 que garantiza un nivel de calidad del carburante para el consumidor final. Por lo tanto, partimos de la base de que la calidad de la gasolina que se carga en los tanques de todas las gasolineras Españolas cumple un mínimo de calidad estándar.
No obstante, cada marca añade unos aditivos a su carburante que son propios de la marca en cuestión. Estos aditivos sirven para dar al carburante unas propiedades determinadas, que tienen el objetivo de mejorar su rendimiento y proteger el desgaste del motor. Pero con estos aditivos lo que se busca es dotar de unas propiedades extra al carburante, que no tienen nada que ver con la calidad o pureza del mismo.
