Una electronilera es una estación de servicio capaz de suministrar una carga eléctrica para coches que emplean esta energía como fuente de alimentación. Es decir, se trata de una instalación similar a las tradicionales gasolineras, donde se sirve combustible procedente del petróleo, pero que en lugar de surtidores cuenta con enchufes especiales de carga o con aparatos destinados a la sustitución de las baterías de los vehículos.
Es interesante también detenerse a ver cuáles son los coches que pueden hacer uso de una electronilera, ya que estas infraestructuras son el futuro del repostaje para muchos conductores. Así, no solamente los vehículos eléctricos pueden usarlas, ya que los híbridos también pueden encontrar en estas modernas estaciones de servicio una forma eficiente de recargar sus baterías, siempre y cuando tengan instalado un mecanismo que permita conectar el enchufe de carga.
Ahora bien, cualquier electronilera puede presentar diversos sistemas de carga, algo que hay a lo que hay que atender con detalle para conocer su funcionamiento. La existencia de vehículos eléctricos de batería reemplazables ha hecho que existan terminales de carga donde se sustituyen directamente las baterías descargadas por unas del mismo tipo que cuenten con una carga completa. Sin embargo, al no existir una batería universal, este tipo de estaciones están poco extendidas aún, ya que necesitan contar con una gran variedad de modelos de batería para dar satisfacción a cualquier cliente.
Las estaciones eléctricas de repostaje más extendidas son las que emplean conexiones eléctricas de diferentes potencias para recargar los vehículos. Estas instalaciones ofrecen postes de conexión donde los usuarios pueden realizar una carga parcial o completa para alimentar su coche. Uno de los aspectos donde más se ha progresado en esta tecnología es en los tiempos de carga que se ofrecen a los conductores. Las primeras estaciones de servicio que suministraban electricidad contaban con una potencia de 3,6 kilovatios, lo que permitía realizar una recarga de un vehículo medio en unas 7 horas. Este tiempo, a todas luces excesivo para el ritmo de vida actual, ha dejado paso a otros sistemas capaces de realizar una carga rápida de entre 5 y 10 minutos, tiempo que puede variar dependiendo de las necesidades de carga del usuario.
En resumen, las estaciones de servicio eléctricas serán cada vez más comunes en nuestras ciudades, ya que su potencia y eficiencia ha crecido enormemente en los últimos años, algo que permite apostar por los coches eléctricos y por sus modernas estaciones de repostaje.
